Más de 150 años y aquí estoy, tan cargado de energía como el primer día. ¿El secreto? Dejarme empapar de cada una de las historias, grandes y pequeñas, que han ocurrido dentro de estas paredes. Miles de personas han pasado aquí sus mejores ratos y también los peores: han reído y llorado, han tirado la toalla y se han vuelto a levantar. Han pasado las décadas y las modas, pero yo sigo siendo el mejor sitio para celebrar alegrías, ahogar penas y descubrir nuevas experiencias. Allá por 1871 me inauguraron como café teatro, tan de moda en aquella época, para ser poco después un teatro a secas. Más tarde fui una sala de variedades, una sala de fiestas y todo un referente de la noche madrileña. Conciertos de todos los estilos, programas de televisión, lugar de reunión de intelectuales, políticos, actores y actrices, famosos de distintas décadas y hasta un destacado asesinato a principios del siglo pasado han marcado mi historia. Hoy, con distinta cara, pero el mismo espíritu, el escenario ampliado está lleno de pasiones, la música continúa sonando con medios técnicos de última generación, las luces crean ambientes increíbles, metros de pantallas proyectas imágenes sugerentes, en definitiva, las noches siguen estando llenas de encuentros, el escenario cubierto de pasiones y cada uno de mis rincones está impregnado de vida e ilusión para seguir explorando, conociendo y disfrutando juntos.